¡Buenos días a todos! Os preguntaréis porqué últimamente publico tan pocas recetas, pues os lo voy a decir: ¡¡Estoy haciendo un curso de repostería!! ¡Siii,! ¡Por fin, mi sueño hecho realidad! No es un curso cualquiera, es un gran curso, de esos que duran seis meses y que acabas "sabiendo hasta latín". Ja,ja,ja. Por eso estoy tan liada que no encuentro tiempo de publicar. Sigo haciendo postres en casa, y hoy he hecho un hueco para explicaros un completo paso a paso de esta deliciosa receta. Todas las semanas intentaré publicar un post para que no penséis que os tengo abandonados, ¡Nada más lejos de mi intención! Y más adelante, os iré poniendo las recetas que vaya haciendo en el curso y os iré contando mis logros. ¿Preparados? ¡Nos ponemos el delantal y vamos a la tarea...!
Ingredientes:
Para la base (plancha de bizcocho ligero):
Para el almíbar básico (para regar el bizcocho):
Para el relleno:
(Estas medidas son para una plancha grande de 36 cm x 24 cm)
- 6 Huevos
- 150 grs azúcar
- 1 sobre de azúcar avainillado (7,5 grs)
- 180 grs harina
- 1 pizca de sal
- 250 ml de agua
- 200 grs azúcar
Para el relleno:
(Estas medidas son para una plancha grande de 36 cm x 24 cm)
- 3 Tarrinas de queso tipo Philadelphia (750 gr)
- 150 gr azúcar (100 gr para el relleno y 50 gr para montar la nata)
- 400 ml de nata para montar (yo utilizo 35,1% M.G)
- 100 ml de leche
- 150 grs de frambuesas frescas (como yo no tenía, he usado 2 cucharadas de pasta de frambuesa)
- 9 hojas de gelatina neutra
- una pizca de sal
Para la parte superior de la tarta:
- 1 sobre de preparado de Gelatina de sabor fresa (yo utilizo Gelatina Royal)
Preparación:
Precalentamos el horno a 170ºC
Comenzamos preparando una plancha de bizcocho: Separamos las claras de las yemas. Echamos un par de cucharadas de azúcar sobre las yemas y con una batidora de varillas comenzamos a batir hasta que monten.
En un bol aparte, echamos las claras y la pizca de sal y montamos a punto de nieve. Añadimos el resto del azúcar poco a poco en forma de lluvia. Nos quedará un merengue firme que forme picos. Añadimos el sobre de azúcar avainillado.
Mezclamos las claras con las yemas, de forma envolvente para que las claras no se bajen, yo utilizo una espátula.
Tamizamos la harina y se la añadimos a la mezcla anterior, con movimientos envolventes. Forramos la bandeja del horno con papel sulfurizado. Extendemos esta mezcla bien por toda la bandeja, procurando nivelarla y que el grosor de la masa sea uniforme por todos los lados. Nos ayudamos con la espátula o con el dorso de una cuchara sopera.
Metemos al horno de ocho a diez minutos (esto dependerá de la potencia de vuestro horno). Debéis vigilar que no se queme. En cuando que tenga un color dorado claro por arriba lo sacáis. Lo mejor es hacer la prueba del palillo, si pincháis con el palillo y éste sale limpio, sacadlo ya.
Comenzamos preparando una plancha de bizcocho: Separamos las claras de las yemas. Echamos un par de cucharadas de azúcar sobre las yemas y con una batidora de varillas comenzamos a batir hasta que monten.
En un bol aparte, echamos las claras y la pizca de sal y montamos a punto de nieve. Añadimos el resto del azúcar poco a poco en forma de lluvia. Nos quedará un merengue firme que forme picos. Añadimos el sobre de azúcar avainillado.
Mezclamos las claras con las yemas, de forma envolvente para que las claras no se bajen, yo utilizo una espátula.
Tamizamos la harina y se la añadimos a la mezcla anterior, con movimientos envolventes. Forramos la bandeja del horno con papel sulfurizado. Extendemos esta mezcla bien por toda la bandeja, procurando nivelarla y que el grosor de la masa sea uniforme por todos los lados. Nos ayudamos con la espátula o con el dorso de una cuchara sopera.
Metemos al horno de ocho a diez minutos (esto dependerá de la potencia de vuestro horno). Debéis vigilar que no se queme. En cuando que tenga un color dorado claro por arriba lo sacáis. Lo mejor es hacer la prueba del palillo, si pincháis con el palillo y éste sale limpio, sacadlo ya.
Lo dejamos enfriar fuera del horno. Ya tenemos preparada nuestra base de bizcocho.
Ahora vamos a hacer el relleno de nuestra tarta:
Ponemos en remojo, en agua fría, las hojas de gelatina.
Mientras tanto ponemos en un cazo el queso, el azúcar, una pizca de sal, la pasta de frambuesa en mi caso (si tenéis frambuesas frescas o congeladas las trituráis con la batidora hasta que queden como un puré fino. Esta mezcla la añadiréis al cazo. Todo ello a fuego bajo para que se integre bien mientras que removemos con unas varillas manuales.
Sin dejar de remover añadimos la leche y cuando esté todo bien mezclado, echamos las hojas de gelatina bien escurridas. Removemos de nuevo. La crema debe ser densa pero suave y tienen que estar todos los ingredientes bien integrados. Tiene que permanecer en el fuego hasta que comience a hervir. Luego retiramos y dejamos enfriar a temperatura ambiente una media hora. Removemos de vez en cuando con las varillas para que no se cuaje.
Mientras tanto ponemos en un cazo el queso, el azúcar, una pizca de sal, la pasta de frambuesa en mi caso (si tenéis frambuesas frescas o congeladas las trituráis con la batidora hasta que queden como un puré fino. Esta mezcla la añadiréis al cazo. Todo ello a fuego bajo para que se integre bien mientras que removemos con unas varillas manuales.
Sin dejar de remover añadimos la leche y cuando esté todo bien mezclado, echamos las hojas de gelatina bien escurridas. Removemos de nuevo. La crema debe ser densa pero suave y tienen que estar todos los ingredientes bien integrados. Tiene que permanecer en el fuego hasta que comience a hervir. Luego retiramos y dejamos enfriar a temperatura ambiente una media hora. Removemos de vez en cuando con las varillas para que no se cuaje.
Por otro lado vamos a ir montando la nata. Como os he dicho en alguna ocasión, un truco que no falla para montar rápido la nata, es meter las varillas y el bol en la nevera para que estén lo más fríos posible. La nata también debe estar muy fría. De esta manera, montará sin problemas. La ponemos en un bol y con unas varillas eléctricas, batimos hasta que está montada y forme picos firmes. ¡Ojo, no pasarse en el tiempo de batido, si no arruinaremos la nata y ésta se cortará! Añadimos la mezcla del cazo, poco a poco, a la nata, con movimientos envolventes para que ésta no se baje y mezclamos.
Metemos de nuevo al frío unas ocho horas, (yo la dejo toda la noche en el frigorífico). Normalmente preparo esta tarta de un día para otro, así cuando la vamos a comer está perfecta.
Vertemos la mezcla sobre nuestra base de bizcocho que habremos regado con almíbar previamente. Lo volvemos a llevar a la nevera como mínimo 3 horas.
Por último preparamos el sobre de gelatina de fresa, según las instrucciones que ponga en el envase del fabricante. Cuando esté listo lo apartamos del fuego y dejamos enfriar unos veinte minutos sin dejar de remover para que no se cuaje. Sacamos de la nevera nuestra cheesecake, y con cuidado vertemos la gelatina de fresa por encima.Metemos de nuevo al frío unas ocho horas, (yo la dejo toda la noche en el frigorífico). Normalmente preparo esta tarta de un día para otro, así cuando la vamos a comer está perfecta.
Desmoldamos con cuidado, yo utilizo el cuadro desmontable para que me sea más fácil esta tarea, y ¡ya está!
Estoy segura de que si la probáis, repetiréis. Espero que me contéis que os ha parecido y me dejéis vuestros dulces comentarios.
Estoy segura de que si la probáis, repetiréis. Espero que me contéis que os ha parecido y me dejéis vuestros dulces comentarios.
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