viernes, 19 de septiembre de 2014

GALLETAS DE BODA

Hola. Ya estamos cogiéndole el ritmo a septiembre, comenzando un nuevo curso escolar con sus rutinas de trabajo y sus horarios. No es fácil llevar todo adelante, pero a los que la repostería nos enamora, sacamos tiempo de donde sea...¡incluso quitándonos horas de sueño! si, sí,  habéis leído bien. Seguro que muchos de vosotros que compartís la afición por el mundo de la repostería, me entendéis. Y estoy segura que también os habréis quedado alguna noche en vela, trabajando en algún encargo de alguien o diseñando algún regalo o sorpresa para un familiar o amigo
.
Y hablando de enamorarse...  Una persona muy querida para mi se casa.

Tras una bonita historia de amor, en la que dos personas están seguras que quieren compartir sus vidas, llega el enlace. La boda, el día más feliz de sus vidas. Al que preceden un sin fin de preparativos y que cuando uno quiere darse cuenta, se ha pasado tan rápido que parece que todo ha sido un sueño. Eso sí, un bonito sueño, del que uno no quiere despertar...como en un cuento de hadas. ¡Qué romántico! ¿verdad?
Bueno, pues os podéis imaginar el final de la historia... Tenemos princesa, tenemos príncipe, una hermosa historia de amor. Se casaron, fueron felices y comieron perdices. ¡No, eso no estaba en el menú! Pero si cortaron su maravillosa tarta de bodas y comieron galletas. ¡Si! las que yo les preparé, para que su día fuera aún más dulce. 





Los novios disfrutaron muchísimo y compartieron un día inolvidable con todos sus familiares, amigos y seres queridos que a su vez gozaron en pleno de la celebración.



¿Y queréis saber cómo termina la historia? Pues con mi deseo de una maravillosa unión e infinita felicidad. ¡Enhorabuena Ramón y Regina!
¡Vívan los novios!
Fin

Saludos

María José

Y  recuerda... ¡pon un dulce en tu vida!


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