Hola a todos. Nos pasamos todo el día corriendo sin parar: la casa, el trabajo, las clases, los niños, las tareas, las obligaciones, los compromisos y un largo etcétera que no termina nunca. Y os cuento esto porque con tantas y tantaaaaassss cosas, no he podido enseñaros algunas fotos de los postres que he hecho. ¡Ya lo sé, tenéis razón pero por favor, no os enfadéis conmigo!
Tengo que contaros bastantes cosillas... Sobre el curso, que a propósito estoy en estas fechas de vacaciones, os puedo decir que me está resultando de gran ayuda con muchísimas elaboraciones y recetas. Estoy descubriendo nuevas técnicas de repostería, Se me está haciendo muy corto, pues disfruto un montón y lo que es mejor estoy aprendiendo de una forma amena y sencilla. Trabajamos mucho en las clases, analizando y estudiando todo tipo de recetas, tanto dulces, como de repostería salada y cuando bajamos a cocina a prepararlas, la expectación es enorme. La verdad es que tenemos un profesor que es un amor de persona y tiene una paciencia digna de alabanza. Se esmera con todos y cada uno de nosotros, no le importa repetir mil veces lo mismo y explicarnos todo, hasta que nos quede claro. Por ejemplo, hemos hecho mazapán, turrón, polvorones, mantecados...¡es todo un mundo! y el resultado ha sido increíble, para ser la primera vez que lo hacíamos. Qué os puedo decir más... ¡Qué estoy encantada y feliz aprendiendo y disfrutando a la vez!
Pero sin más demora, os voy a enseñar las fotos de la tarta de cumpleaños de mi marido que fue hace poco.
El bizcocho de vainilla, porque era una tarta blanca y el relleno de nata, ya que nos encanta en casa. Estaba tan rica y jugosa que desapareció.
¿Os gusta? Pues así quedó de bonita.
Un besote grande para mi marido que le encantó la tarta y muchas, muchas felicidades amor.
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