Ha sido el cumpleaños de Marcos, y como cada año intento sorprenderle con algo inesperado.
Hace algún tiempo, en mis comienzos de repostera, he de reconocer bastante inexperta con el fondant, le regalé una tarta también del Barcelona, pero en forma de camiseta de fútbol. Debo decir que el resultado no fue el que yo esperaba, no estaba mal, pero no como a mi me gustaría que hubiese quedado. Admito que tuve algunos "problemillas" a la hora de forrar la tarta, no por su forma, si no porque calculé mal la cantidad de fondant que iba a necesitar y a la hora de la verdad, me quedé corta. ¡Eso ahora no me pasa! ¡Prefiero que sobre, que no que falte! Porque si sobra fondant, no pasa nada, lo guardas y lo puedes utilizar de nuevo, pero si te falta ¡amiga, estás en un apuro!
Os cuento esto, porque desde esa vez había una "espinita" clavada en mi corazón y tenía que sacármela.
Por eso se me ocurrió que podría hacerle una tarta de su equipo de fútbol favorito, pero ésta vez en forma de escudo. El bizcocho tierno y aromático con sabor a vainilla y el relleno de dulce de leche, ¡muy rico! Para los que no sepáis como hacerlo, lo venden ya hecho y es más cómodo de encontrar, en cualquier centro comercial.
TIP: Para los que queráis hacerlo en casa, tenéis que meter en una olla a presión un bote grande de leche condensada, lo cubrimos con agua hasta taparlo por completo y lo ponemos al fuego cerrando bien la olla, durante dos horas (a fuego medio). Pasado el tiempo. Apagamos. Dejamos enfriar del todo. Cuando esté bien frío, abrimos la olla, sacamos el bote de leche condensada que se ha convertido en "dulce de leche" lo abrimos y ya está listo para rellenar nuestras tartas y pasteles. Observaréis una crema de color café con leche, untuosa, cálida y sobre todo muy apetecible. Con un aroma ¡Mmmm! ¡No os vais a poder resistir, porque está buenísima! Incluso para comérsela a cucharadas, jejeje.
Y así quedó, os puedo asegurar que bastante mejor que la primera tarta que le regalé en su día, aunque igualmente se la hice con muchísimo cariño.
Se la llevé envuelta a su casa como veis y por la cara que puso, creo que le gustó la sorpresa. Tanto fue así, ¡que no sobraron ni las migas. ¡Misión cumplida!
¡Muchas felicidades Marcos! Qué cumplas muchos más y para el próximo año, otro nuevo reto.
Ya sabéis que me encantan vuestros dulces comentarios o sugerencias. Estaré feliz de contestar vuestras dudas.
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