Hola a todos. Ya estamos preparando el roscón de reyes, pues faltan apenas dos días para que llegue la deseada noche, la noche mágica por excelencia. Los niños expectantes, sueñan con sus regalos. Y con esta fecha, terminan las fiestas de navidad, para mí una de las épocas más bonitas del año. Y es que en el fondo me sigue encantando poner el árbol en casa, y el belén, como cuando era niña. Y recordar todos esos sabores y olores entrañables, que solo se dan en ésta época del año. ¡Qué le voy a hacer, soy una enamorada de la navidad!
No estaría bien despedirla este año sin un pequeño homenaje, Esta navidad hice una tarta muy bonita para un grupo de personas muy especiales, que se preocupan por los niños y disfrutan con su trabajo. He estado enferma en cama, durante diez días con una gripe impresionante y por esta razón no he podido colgar las fotos de la tarta que hice con tanto cariño. Me gustaría, todavía que hay tiempo, mostraros las fotos.
El bizcocho era de vainilla, regado con almíbar de naranja y relleno de dulce de leche. Las decoraciones en fondant (pasta de azúcar). Todo modelado a mano, la velita, las bolas de navidad que están pintadas con purpurina comestible, el copo de nieve, el lazo y el muérdago. Y se me olvidaba comentaros el ingrediente más importante para que una tarta así os salga de maravilla, poned mucho, mucho amor. Ya veréis como os sale para chuparos los dedos.
La navidad ya termina y con ella la magia de este tiempo tan bonito. Ya queda poco para volver de nuevo a la rutina y al stress cotidiano. Pero hasta que eso ocurra, voy a seguir disfrutando de una dulce navidad, y espero que vosotros también.
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